Foto: Frico Guimarães/ SOS Pantanal
Donación, realizada por Termope – planta termoeléctrica de Neoenergia –, se suma a otros R$ 150 mil ya transferidos por el Instituto Neoenergia durante los incendios forestales que azotaron la región en el segundo semestre del 2020
En el 2020 Pantanal fue afectado por los mayores incendios en los últimos 50 años, consumiendo más del 30% del área del bioma, lo que equivale a 4,5 millones de hectáreas o 30 ciudades de São Paulo. Ante esta tragedia ambiental, comunidades locales y fauna necesitan ayuda una vez superado el periodo de sequía e quemadas. Para ayudar a sus habitantes y aportar a la preservación de la biodiversidad, la planta termoeléctrica Termopernambuco (Termope), controlada por Neoenergia, hizo una donación voluntaria de R$ 150 mil para dos organizaciones que actúan en la región: Instituto Arara Azul y SOS Pantanal, recibiendo R$ 75 mil cada una. Una otra contribución del mismo monto ya había sido hecha por el Instituto Neoenergia.
La donación de la Termope es la primera acción de un nuevo plan de conservación elaborado por la empresa. "Nuestro accionista controlador, Grupo Iberdrola, tiene el objetivo de alcanzar la pérdida neta nula en biodiversidad hasta el 2030. Con esa donación, sumada a otras iniciativas que se llevarán a cabo en el futuro próximo, estamos alineados a este reto y al cumplimiento de nuestro dividendo social. Tenemos el compromiso de fomentar y promover voluntariamente los proyectos de conservación de la biodiversidad y la restauración del capital natural, sean los ubicados al rededor de nuestra planta, en el estado de Pernambuco, sea en otras regiones del país, como es el caso del Pantanal", afirma el gerente de Termope, Tatsumi Igarashi.
En Pantanal, transcurridos el periodo de sequía y el fin de los incendios, en noviembre, los animales ahora viven en un ambiente devastado, con poca oferta de alimentos. Por lo tanto, es menester asegurar la distribución de alimentos para la fauna, a través del auxilio a las poblaciones remanentes de animales. Además, conviene ofrecer ayuda a las comunidades ribereñas y a los indígenas, afectados tanto por los incendios como por la pandemia de Covid-19.
Foto: Frico Guimarães/ SOS Pantanal
La donación de Termope para el Instituto Arara Azul contribuirá con las acciones emprendidas en Mato Grosso do Sul y Mato Groso, estados azotados por las quemadas que afectaron el guacamayo azul y demás especies que interactúan con ella.
“Se observan los impactos sobre la especie a corto y mediano plazos. Se brindará apoyo para fortalecer las acciones necesarias, tales como: manejo de nidos naturales y colocación de nidos artificiales; adquisición de equipos nuevos para mejorar la investigación; recolectar y analizar información que enumere los principales índices de amenaza e implementar acciones para mitigar el impacto sobre la especie a mediano y largo plazo", explica la directora ejecutiva del instituto, Eliza Mense.
Se utilizarán los recursos destinados por la empresa a la ONG SOS Pantanal a través de cuatro acciones: donación para apoyo al Instituto Tamanduá, líder en las acciones de rescate, alimentación e hidratación en el Pantanal Sur; compra de dos cuatriciclos para reconocimiento de áreas afectadas, asistencia a los animales y logística de distribución de insumos dentro de las unidades de conservación; instalación de 20 placas en láminas metálicas para prevención de atropellos de animales en vías que pasan por áreas naturales, tales como la carretera Parque do Pantanal Sul; y donación de canastas básicas e insumos básicos a 53 familias de ribereños en la región de Serra do Amolar, con destaque para la comunidad Barra do São Lourenço y Terra Indígena dos Guató.
“Las donaciones nos permiten mitigar inmediatamente el sufrimiento de la población y de animales que aún están sujetos a los impactos severos de la sequía y de los incendios", afirma Gustavo Figuerôa, biólogo de la organización no gubernamental.
Foto: Frico Guimarées/SOS Pantanal
Compromiso con la biodiversidad
La donación deriva de un plan de acción elaborado para Termope a partir de un proyecto piloto realizado en el 2020, responsable por integrar metodologías mundialmente reconocidas por la Convención de Diversidad Biológica de ONU para el monitoreo y cumplimento del objetivo de biodiversidad del grupo. A través de una alianza con el Instituto LIFE, han sido objetivamente cuantificados los impactos de la planta termoeléctrica sobre la biodiversidad, bien como las respuestas necesarias en acciones voluntarias de conservación para compensarlos, con el fin de alcanzar una pérdida nula en biodiversidad hasta el 2030.
La metodología LIFE se divide en tres fases, adoptadas por Termope en el proyecto piloto. La primera consistió en el cálculo del Índice de Presión a la Biodiversidad y a la medición del Rendimiento Mínimo en acciones y proyectos de conservación para alcanzar el objetivo de la Biodiversidad. Luego se analizó de manera profundizada la gestión de la empresa para la Biodiversidad a través de los estándares del instituto, utilizando principios, criterios e indicadores. Por fin, se elaboró un Plan de Acción para conservación de la Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (PABS), un roadmap de proyectos y propuestas alineados de conservación, en magnitud y naturaleza de acciones debido a la presión ejercida por la operación de la planta.