Diversidad. Una palabra presente en la vida de miles de personas hoy. Junto con ella viene un tema que se debate en todo el mundo: la inclusión social. Podemos considerar el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (PwD), 03/12, un momento importante para pensar y debatir sobre cómo el mercado laboral ha recibido a estos profesionales, que necesitan tanto ser insertados y aceptados socialmente. Según una investigación realizada por el Ministerio de Trabajo, en abril de este año, hay más de 45 millones de personas con algún tipo de discapacidad en Brasil. Entre ellos, 30 millones ya están en edad laboral, sin embargo, solo 19 millones informaron tener alguna ocupación. Entonces las barreras siguen siendo grandes.
La inclusión social en el mercado laboral es fundamental. Aumenta la tolerancia, ayuda a vivir en sociedad, trae más riqueza cultural y empatía. Los trabajadores con discapacidades no solo deben verse como parte de un proyecto de “caridad" o parte de una cuota, sino como un miembro real de la compañía, y las organizaciones deben estar preparadas para recibir a estas personas trabajando con equipos y adaptando las estructuras del ambiente de trabajo.

La presencia de profesionales con discapacidad en el mercado laboral ha crecido en el país. Una encuesta realizada por el Ministerio de Trabajo reveló que en 2018, el número de contrataciones de personas con discapacidad alcanzó un récord en Brasil, con más de 46.900 profesionales ingresando al mercado laboral, un aumento del 20.6% respecto al año 2017. Las cifras del año pasado son las más altas desde 2003, cuando comenzaron a registrarse.
REGLAMENTO
Hoy, el país cuenta con la Ley Brasileña para la Inclusión de Personas con Discapacidad (Ley 1 3146/15), que tiene la intención de "asegurar y promover, en igualdad de condiciones, el ejercicio de derechos y libertades fundamentales para las personas con discapacidad, con miras a su inclusión social y ciudadanía". Y parte del resultado de la encuesta MTE es una consecuencia de la ley de cuotas, que exige que las empresas con más de 100 empleados tengan del 2% al 5% de personas con discapacidad en sus equipos. Para el servicio público, la ley estipula que hasta el 20% de los lugares públicos para personas con discapacidad están reservados.
NUEVA MIRADA
Neoenergia, como empresa socialmente responsable y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a través de Celpe, desarrolló el Programa New Look, una iniciativa que brinda a las personas con discapacidad intelectual experiencia profesional y psicosocial.
Para lograr resultados concretos, Celpe ha estructurado un entorno profesional que cubre las áreas más diversas de aprendizaje para una persona con discapacidad intelectual. El objetivo del proyecto es transformar el entorno corporativo en una experiencia inclusiva y global para estos profesionales.

Durante su tiempo en la empresa, el 25% de su tiempo se dedica a actividades para estimular el pensamiento lógico, el lenguaje, la comprensión, la planificación y la rutina operativa. Además, están acompañados diariamente por un equipo multidisciplinario centrado en el desarrollo, los resultados y la innovación. El proyecto también aplica la Metodología Murakami de aprendizaje individualizado y personalizado y permite desarrollar la cognición y ampliar la capacidad intelectual, alentándolos a ir más allá del mero cumplimiento de las tareas corporativas.
"La iniciativa se ha desarrollado durante más de dos años y los jóvenes se desempeñan bien en las tareas que realizan", dice Daniela Motta, Gerente de Recursos Humanos de Celpe.
ACCIONES SIMPLES
¿Sabía que la inclusión social en el mercado laboral puede ocurrir con acciones simples pero diarias, así como con el cumplimiento de las leyes? Compruébalo:
Analizar la accesibilidad de la empresa: estructura, ascensores, rampas, baños y movilidad en las oficinas, por ejemplo;
Invitar a oradores que puedan hablar con los colaboradores sobre la inclusión social con propiedad;
Revisar el proceso de contratación de empleados de la empresa y sus herramientas de comunicación;
Poner la inclusión social como parte de los valores de la empresa. Incluso puede ser un indicador social, que debe analizarse continuamente;
Preparar a los gerentes para saber cómo hacer que el entorno laboral sea más inclusivo.