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El agua de la vida
La Sra. Rosineide llegó hace 14 años al asentamiento de São Pedro y su casa está cerca de un manantial que ya se estaba secando y que volverá a suministrar agua con la llegada del PRAS.
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Debido a la falta de información, la agricultora Rosineide dos Santos Rocha fue presenciando lentamente la muerte de una verdadera mina de oro en su terreno en la comunidad de Nova União: un manantial de agua. Pero eso fue antes de la llegada de una de las acciones más importantes de PRASP: la recuperación de los manantiales. En el asentamiento de São Pedro hay más de 600 ejemplares, y 124 fueron elegidos para su revitalización prioritaria porque están al borde de la extinción. Entre ellos se encuentra el que está detrás de dos imponentes buritíes, a menos de 50 pasos de la casa de Rosineide.
«Llegué aquí hace 14 años y esta zona ya estaba desforestada. Veía cómo la primavera disminuía día a día. Pero no pude recuperarme. La llegada del proyecto nos ayudó mucho a mí, a mi familia y a toda la comunidad. Es algo muy valioso. Este manantial trae agua a mi casa y al cauce del río, lo que ayuda a otras familias y a la naturaleza», dice Rosineide, que tiene seis hijos y cinco nietos. La fuente detrás de los pies de Buritis es en realidad una cuenca con varios ojos que extraen agua durante todo el año y se unen para formar un arroyo que desemboca en el río Paranaíta, que a su vez desemboca en el río Teles Pires. Por eso se considera un símbolo del trabajo de PRASP en la recuperación de estas fuentes de agua.
El primer paso para recuperar un manantial es rodear la zona para evitar la entrada de animales. Luego, se prepara la tierra para la siembra de árboles frutales y plantones forestales, todos ellos nativos de la región y provenientes del vivero del propio asentamiento. «Como este manantial está descendiendo, el objetivo es plantar estas especies a su alrededor para protegerlo de los insumos que podrían deslizarse por la ladera y provocar la formación de sedimentos», explica la ingeniera forestal Samara de Souza. Dentro de unos meses, cuando termine la estación hidrográfica, es probable que el manantial de Rosineide esté rodeado de otras especies que acompañen a los buritíes.