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El libre mercado va mucho más allá de la libertad de elección para las pequeñas y medianas empresas


La libertad es la condición de quien es libre, es decir, es la capacidad de un individuo de actuar por sí mismo. En el sector eléctrico, la palabra se refiere al mercado libre, que no es más que un entorno comercial en el que todos los participantes tienen la oportunidad de acordar todas las condiciones comerciales, incluidos el precio, la cantidad de energía contratada, el período de suministro y las condiciones de pago, entre otras cosas, sin establecer un vínculo obligatorio con el proveedor de energía actual.

A principios de año, Brasil dio un paso importante para estimular la migración al mercado libre. A partir de ahora, todos los clientes conectados a media y alta tensión (Grupo A), con un consumo de alrededor de 30 kW y facturas de 5 mil reales o más, pueden unirse al Entorno de Libre Contratación (ACL). Además de elegir al proveedor preferido, los clientes tienen espacio para negociar la prestación del servicio. La novedad atiende principalmente a pequeñas y medianas empresas, como panaderías, hospitales y fábricas.

Además de la posibilidad de firmar contratos que puedan ofrecer una reducción de hasta un 35% con respecto a la tarifa cobrada hasta el momento, los vendedores de energía tienen en sus manos una gran oportunidad para calentar la economía de quienes están incluidos en el Grupo A. Según datos de la Cámara Comercializadora de Energía Eléctrica (CCEE), este grupo tiene 202 mil unidades de consumo, de las cuales casi 38 mil ya están en el mercado libre y unas 72 mil unidades tienen el potencial de unirse a la modalidad.

Esto se debe a que los montos obtenidos con la reducción de la factura eléctrica pueden transformarse en una inversión para la expansión empresarial. Un ahorro disponible para otros fines, ya sea para ampliar la base de clientes, contratar empleados o comprar nuevos equipos. En este sentido, el nuevo mercado energético lo tiene todo para ser una fuerza motriz para el crecimiento de aquellos emprendedores que antes no podían negociar sus contratos.

En Europa y los Estados Unidos, el mercado de energía libre ya está mucho más desarrollado, con la participación de clientes residenciales. En Brasil, se espera que la apertura del mercado a los clientes atendidos en baja tensión tenga lugar en un futuro próximo. Si Mercado Libre se abriera hoy para todas las categorías, el escenario sería similar al que sucedió con el servicio telefónico.

Además de la oportunidad de elegir, el nuevo mercado energético ofrece buenas perspectivas para la economía en su conjunto, ya que estimula la competencia, avanza en la creación y oferta de productos y soluciones para que los minoristas satisfagan otras necesidades de los clientes, como la descarbonización de sus procesos.

Con la previsión de una dinámica migratoria que involucre a las pequeñas y medianas empresas, representadas obligatoriamente por los distribuidores de energía, también se espera que la energía limpia impulse la transformación del sector.
Esto se debe a que en los procesos de apertura del mercado energético destacan las empresas que dejan de ser simples proveedoras de energía y se convierten en asesoras energéticas para la provisión de nuevos productos y servicios con el fin de hacer que la cadena de producción de sus clientes sea aún más sostenible.

En una sociedad que ha incorporado nuevos hábitos de consumo y que exige cada vez más prácticas innovadoras por parte de las empresas centradas en reducir las emisiones de carbono, es indispensable que los comercializadores transformen y anticipen las demandas del futuro en el sector eléctrico con soluciones sostenibles. En este sentido, quienes combinen la libertad de elección con productos y servicios diferenciados para estimular la competencia saldrán ganando, haciendo que este nuevo mercado sea aún más atractivo y con un enfoque individualizado en las necesidades
de cada cliente.