por Mario Ruiz-Tagle, CEO de Neoenergia*
El futuro es digital y la energía del futuro se ha vuelto cada vez más vital
La producción de energía, así como su consumo, ha
evolucionado significativamente en las últimas décadas. La discusión sobre el
uso de nuevas fuentes de energía ya no es opcional y el centro del debate
socioeconómico debe orientarse en este contexto a favor del desarrollo
consciente y sostenible.
Las reacciones del medio ambiente hacia el uso de
combustibles fósiles son evidentes. Los signos de alivio a la Tierra percibidos
durante la pandemia Covid-19, a partir de la reducción de las emisiones de CO²
y la reducción histórica de las emisiones de gases de efecto invernadero con
medidas de distanciamiento social, reforzaron la relación directa entre la
actividad humana y el cambio climático, además del descenso de la temperatura y
reducción del ruido en las ciudades. Este es el siglo de las energías
renovables, siendo el sector eléctrico la base fundamental para un sistema
productivo más eficiente, más limpio y económico, con la necesidad de buscar
soluciones innovadoras.
El cambio climático se refleja claramente en el cambio
en los patrones de lluvia y los periodos prolongados de sequía, afectando la
generación hidráulica, lo que hace cada vez más necesario explorar otras
fuentes renovables como la eólica o la fotovoltaica.
Veo un gran crecimiento en las operaciones de
Neoenergia, basado en proyectos que valoran la sustentabilidad del negocio en
armonía con el planeta, brindando logros esenciales para el sector eléctrico
brasileño. Comenzamos nuestro viaje en este campo hace más de 20 años y hoy el
mundo hace una elección muy clara: el futuro es digital y la energía del futuro
se ha vuelto cada vez más vital.
La estrategia de recuperación económica con
inversiones en energía verde guía nuestro negocio. Podemos destacar
herramientas y tecnologías que ayudan en este objetivo común, como la llegada
de los coches eléctricos, la digitalización de redes y el desarrollo del
Hidrógeno Verde. Estamos a punto de finalizar la primera vía eléctrica en el
Nordeste de Brasil, que atraviesa seis estados de la región, con una extensión
de 1.100 km y 18 localidades con puntos de recarga. El corredor permitirá
reducir la emisión de gases contaminantes y el costo relacionado con el
repostaje, en comparación con los vehículos diésel. Además, en Paraíba, Piauí y
Bahía, nuestros parques eólicos más grandes se encuentran en etapas avanzadas
de construcción y, en conjunto, nos permitirán tener un 90% de generación renovable,
porcentaje superior a la matriz energética del país.
Las redes inteligentes (smart grids) también
forman parte de este cambio, lo que permite incorporar tecnologías al día a día
de nuestros clientes. La solución garantiza la disponibilidad de suministro
energético e inteligencia en el sistema para la toma de decisiones. Invertimos
en la digitalización de la atención al cliente, proyectos de eficiencia
energética e innovación, como el almacenamiento de energía en baterías, el
camión eléctrico y los medidores inteligentes.
Evolucionamos en las prácticas ASG, que significa
ambiental, social y de gobernanza, mejorando las estrategias para asumir
compromisos aún más robustos, con indicadores de seguimiento que nos permiten
gestionar iniciativas e informar de forma más asertiva al mercado y los
consumidores. En este escenario, Neoenergia asumió el compromiso de ser carbono
neutral en 2050 y se mantiene enfocado en las decisiones para evitar las
emisiones de carbono.
La modernización de la matriz
eléctrica brasileña es lo que traerá grandes avances. Es necesario incorporar
nuevas tecnologías. Diariamente se nos anima a realizar inversiones
tecnológicas, que requieren innovación a medida que avanzamos, hay un proceso
hasta que las nuevas tecnologías están al alcance de una gran parte de la
población y estamos contribuyendo a este avance. Se nota que, a medida que
invertimos en energías limpias y renovables, estas se vuelven más accesibles e
indispensables.
Vivimos en un momento histórico. La sociedad y los inversores
valoran a las empresas y agentes públicos atentos a los cambios globales,
reconociendo esta postura como un activo que genera valor intangible para las
empresas. De esta manera, podrán sostenerse a largo plazo y desempeñarse mejor
frente a la adversidad.
La innovación es una de las caras de la sostenibilidad
y el sector energético es determinante en el proceso de descarbonización a
través de la electrificación de la economía. Creo que los desafíos tecnológicos
posteriores a la pandemia de Covid-19 podrían acelerar aún más la
transformación y modernización de la industria, demostrando que la energía es
un servicio realmente esencial.
Cada empresa tendrá su estrategia a medio y largo
plazo, pero es probable que todas las opciones nos lleven al mismo destino en
un futuro cada vez más cercano. El camino hacia las fuentes renovables y el uso
de energías limpias es el futuro del mundo.
* Artículo escrito por Mario Ruiz-Tagle, CEO de Neoenergia, para Broadcast Energia do Estadão.