La intersectorialidad se entiende como los
mecanismos de gestión e integración de acciones, conocimientos y esfuerzos de
los diferentes sectores de la política pública, con el objetivo de construir
objetos comunes de intervención entre ellos, para un enfrentamiento más
articulado de los problemas sociales. Áreas como asistencia social, educación y
salud cuentan con datos que, si se utilizan de manera integrada, y con acciones
pensadas en conjunto, pueden encontrar soluciones colectivas y soluciones a
partir de estas acciones. La intersectorialidad fortalece y aglutina
conocimientos, prácticas y estructuras sociales y culturales entre diferentes
sectores, para que dialoguen y unan esfuerzos en la ejecución conjunta de
acciones que beneficien a la ciudadanía.
Un ejemplo de esto es el Balcón de
Ideas y Prácticas Educativas, un programa
desarrollado en alianza entre el Instituto Neoenergia y el CIEDS - Centro
Integrado de Estudios y Programas para el Desarrollo Sostenible. A través de su
frente de formación, capacita a docentes y administradores escolares con el
objetivo de fortalecer la formación de actores escolares en las redes
municipales de Bahía, São Paulo, Rio Grande do Norte y Paraíba, impulsando la
creación de nuevas prácticas educativas, alineadas con las diez Competencias
generales del Base Nacional Común Curricular (BNCC), inspirador de
conocimientos.
Según Renata Chagas, directora-presidenta del
Instituto, “Vimos que la experiencia de Balcón de Ideas es una confirmación
de la fuerza de la intersectorialidad, ya que problemas complejos necesitan
integración y articulación. Es decir, deben ser pensados y resueltos por varios
sectores. Y que la intersectorialidad está impregnada de una dimensión
democrática de participación en las decisiones de construcción de políticas
públicas ”.
A través del frente de asesoría, apoya al órgano de
gestión de las redes municipales, con el objetivo de minimizar los impactos
provocados por el Covid-19, considerando el crecimiento de las desigualdades y
brechas en el aprendizaje de los estudiantes. Entre sus estrategias, se destaca
la promoción de acciones intersectoriales, fortaleciendo los lazos entre los
sectores públicos y estrechar lazos con las familias para garantizar el derecho
a la educación, la salud y la asistencia.
A través de un proceso colaborativo, que propició
una mayor articulación e integración entre los profesionales de la red, se
cocrearon e implementaron prácticas educativas innovadoras. La
intersectorialidad en red está presente, involucrando familias y docentes,
profesionales de departamentos de educación y otros sectores públicos. Un
proceso que se ha adaptado a la realidad, como el lanzamiento de la página
“Educação e Covid-19” en la plataforma https://www.cieds.org.br/balcaodeideias/, permitiendo a los profesionales del campo de
educación para difundir información sobre sus contenidos e iniciativas
relacionadas con el contexto pandémico. Los cursos presenciales tuvieron su
versión en educación a distancia considerando los desafíos de las redes
educativas, como la dificultad para acceder a internet y la distancia entre las
escuelas y los hogares de los estudiantes. Se crearon cursos asincrónicos (que
se pueden tomar en cualquier momento) con tutores, quienes utilizaron
diferentes estrategias para apoyar a los educadores en el uso de recursos en
esta nueva realidad.
La pandemia del Covid-19 demandó el distanciamiento
social y expuso la necesidad de acercar a los sectores públicos entre sí y a
ellos y a la población, a fin de garantizar derechos básicos como el derecho a
la educación y la salud individual y colectiva. El desafío es articular
distintas entidades federativas a distancia, pero hay buenas prácticas en
marcha que han demostrado ser efectivas.